La personalidad de mis colaboradores: fuente de éxito o fracaso.

Le voy a relatar una historia que probablemente le sea muy familiar.

En una organización se ha invertido en optimizar sus procesos y además documentarlos para así estandarizar sus operaciones, también se preocupan de que los colaboradores cuenten con prestaciones de ley, incluso reciben capacitación constante para seguir desarrollando sus habilidades duras y blandas. En realidad, parece que la organización tiene todo lo necesario para funcionar de forma excelente.

Pero… no es así.

Las actividades siguen llevándose a cabo, pero cuando observamos a las personas detalladamente, podemos notar colaboradores que se ven con menos energía a diferencia de cuando se unieron a la organización, jefes o gerentes con un estilo muy hostil para llevar a sus equipos, lo que provoca confrontaciones constantes, personal muy talentoso y eficiente pero que prefiere trabajar solos y se niegan a hacer comunidad y otros más que constantemente están “motivando” y animando a los demás, pero siempre se les ve dispersos y desorganizados.

Puedo resumirlo en una frase: la gente no se entiende, o tal vez no quiere entenderse o mejor aún, con un panorama esperanzador: no sabe cómo entenderse. Y es probable que esta situación es el “pegamento” que hace falta para unir y mantener cohesionados a los colaboradores de la organización.

El médico griego Hipócrates (460 a. de n.e. – 377 a. de n. e.) planteó que el cuerpo humano estaba compuesto de cuatro sustancias básicas llamadas “humores” (líquidos), las cuales indicaban el estado de salud de la persona. Decía cómo el exceso o déficit de alguno de estos cuatro elementos, determinaba el estado de la salud y sus posibles enfermedades. Definió esos perfiles de la siguiente manera:

  • Los Coléricos: se manifiesta por causa de la bilis amarilla, representados por el elemento del fuego y caracterizadas por tener mal temperamento y que fácilmente se enojan.
  • Los Sanguíneos: se manifiesta por el humor de la sangre, representados por el elemento aire, se caracterizan por el optimismo, la esperanza y el sentimiento.
  • Los Melancólicos: se manifiesta por la bilis negra, representados por el elemento tierra, se caracterizan por ser somnolientos, abatidos y depresivos.
  • Los Flemáticos: se manifiesta por el exceso de flema en sus cuerpos, representados por el agua, se caracterizan por ser personas calmadas, racionales e indiferentes.

Posteriormente, el psicólogo estadounidense William Moulton Marston, (1893 – 1947), de la Universidad de Harvard, precursor del polígrafo y creador del personaje de la Mujer Maravilla, desarrolló su principal obra “The Emotions of Normal People” en 1928 basada en la investigación y en el entendimiento del comportamiento humano, donde planteaba que las personas canalizaban su “energía mental” en cuatro direcciones: el Dominio (colérico), la Influencia (sanguíneo), la Sumisión (melancólico) y la Conformidad (flemático) con las normas.

Finalmente, el método de los colores es un sistema basado en la teoría de los cuatro temperamentos de Hipócrates y las investigaciones de William Moulton Marston, para entender a la gente, el cual permite hacer selección, desarrollo y alineación del capital humano en las organizaciones. La metodología identifica 4 arquetipos puros de personalidad:

  • Personalidad Roja: Personas racionales y activas. Son directas, pragmáticas y exigentes. A los equipos les permite crear nuevos caminos, son propositivas y orientadas al resultado. Bajo presión pueden percibirse como hostiles, poco empáticas y demasiado aceleradas.
  • Personalidad Amarilla: Personas activas y emotivas. Son sociables, optimistas y carismáticas. A los equipos les aportan creatividad, motivación y alegría. Bajo presión pueden ser muy volubles, desorganizados y dispersos.
  • Personalidad Verde: Personas pausadas y emotivas. Son aceptadoras, diplomáticas y conciliadoras. A los equipos les aportan el trabajo en equipo, la paciencia y el servicio. Bajo presión puede ser miedosas, lentas e indecisas.
  • Personalidad Azul: Personas pausadas y racionales. Son rigurosas, metódicas y formales. A los equipos les aportan los altos estándares, la consistencia y la clarificación. Bajo presión puedes ser inflexibles, perfeccionistas y fríos.

Después de leer esto, es probable que le hayan llegado nombres de colaboradores a la cabeza, incluso usted mismo ya se identificó con alguno de estos arquetipos: ¿de qué colores cree que es usted?

En la realidad no existen personas con colores de personalidad puros, pero sí dominancias. Lo típico es encontrar dos colores dominantes y que permiten identificar claramente la personalidad y el temperamento de las personas. La metodología de los colores es una herramienta poderosa para:

  • Identificar el perfil de una persona.
  • Entender la cultura de una organización.
  • Definir y evaluar competencias.
  • Realizar selección de personal.
  • Definir pautas para el cambio organizacional.
  • Optimizar las relaciones entre las personas.
  • Estructurar el perfil ideal de puesto.
  • Preparar una negociación.
  • Potenciar a las personas nuevas en su puesto de trabajo.
  • Analizar equipos de trabajo.
  • Construir planes de desarrollo individual.
  • Apoyar el acoplamiento de una persona dentro de una organización.

Con este conocimiento podemos enseñar al personal y a nosotros mismo a alinear nuestra comunicación hacia los demás, ya que definitivamente no cambiaremos nuestra personalidad ni la de los demás. Aquí le comparto algunos ejemplos:

  • A una persona con perfil rojo dominante: cédale el control, defina bien los roles de cada uno, especifique cuántos recursos tienen por su lado, cómo será la forma para tomar las decisiones y cuáles serán los procedimientos.
  • A una persona con perfil amarillo dominante: dele reconocimiento, dele importancia a escuchar a la otra persona, valore las cosas positivas que usted aprecia de ella y hágala sentir el centro de atención, sin dejar de referirse brevemente a los aspectos que usted también tiene y quiere destacar.
  • A una persona con perfil verde dominante: bríndele armonía, es sensible frente a la forma en que se le digan las cosas, razón por la cual deberá vigilar el tono de las palabras al hablarle.
  • A una persona con perfil azul dominante: garantícele la calidad, es indispensable que defina los roles, las responsabilidades, los sistemas de compensación, las estructuras y todo aquello que permita que las cosas se hagan de manera clara y ordenada.

Si nosotros y nuestros colaboradores conocemos el arquetipo de personalidad de los demás, podemos ajustar nuestra comunicación para evitar malas interpretaciones y conflictos innecesarios por no lograse entender. De esta manera, logramos contar con un equipo verdaderamente diversificado y que nos ayude a construir nuestra empresa.

Le recomiendo poder llevar a cabo el estudio de personalidad basado en la metodología de los colores para usted, sus colaboradores y para su organización. Si requiere apoyo en este proceso puede contactarme. Gracias por su atención.

Daniel SIlva